martes, 11 de diciembre de 2012

Utilizando Familias Léxicas

¿Alguna vez te has imaginado cómo sería la vida sin mar...?
 

Podríamos vivir sin floristerías, gimnasios, piscinas... ¿Pero sin mar? ¿Por qué no podríamos vivir sin mar?
Porque allí se pueden hacer muchas cosas que no podemos hacer en casa: lanzar tierra por los aires, darle en la cbeza a esa persona que todos sabemos que te cae mal y pasar desapercibido mientras le miras de reojo, gastarle bromas a tus padres...

Puedes hacer un gran agujero, del tamaño de un submarino en el suelo y poniendo la toalla encima, para que se caigan cuando se apoyen. Despues puedes enterrarle el cubo y el rastrillo a tu hermano. Eso sí, seamos sinceros, todo esto lo hacemos para FASTIDIAR.
Y lo más simple, se te cae un trozo de pan... entiérralo con arena; se te cae el refresco del vaso; entiérralo con arena, se te cae tu hermana; entiérrala con arena,y así, sucesivamente...
Además el mar es buen sitio de quedada; eso sí, siempre que te guste el submarinismo, porque si vas al mar y no te hacen ninguna ahogadilla pues ya puede venir un terremoto y seguro que no te mueve.
Pero, eso sí, en el mar te puedes encontrar más gente rara que flora en el globo terráqueo.
-Alymich-
¿Quién le quitó los anteojos al ojo?
¿Fue el aire del floripondio?
¡No, señor! fue un terremoto.
Maremoto, no me digas que fuiste tu...
¿Le tienes ojeriza? ¿o es porque se te antoja?
Aterriza y deja de ser mareante. -Alipa12-

UN MONTÓN DE DISPARATES
Echaron una ojeada alrededor. ¡Estaban enterrando un marinero en la tierra!
Al fondo, sobre un campo floreado, enamorados de flores y floripondios, encontraron un submarino con sus respectivos submarinistas.
Habían viajado en avión, viendo desde lo alto el mar, con sus respectivas marejadas y mareas.
De golpe, una ráfaga de aire se llevo unos calamares por medio aéreo. Eran los primeros calareoplanos de la historia.
¿Cómo se podían reunir tantos disparates juntos?
¡Solo era un sueño en el terreno de mi tía! -Berry-lily3.gif (9709 bytes)
DE CAZA:
Un día cazando, me subí encima de un terrón y eché una ojeada por el monte.
Soy el mejor ojeador de la cuadrilla.
Como no vi nada, ni de reojo, aunque me había desojado, me salí al raso.
Me vino semejante oleada de aire que me quede helado.
Me agaché para atarme los cordones y se me enterraron los pies en hojas...
Me quedé asombrado: Parecía que se habían aireado todas las hojas del globo terráqueo. -Elcabra-

UNA TARDE DE CIRCO.
Era viernes por la tarde cuando fui al circo.
El espectáculo se realizaba en un submarino, pero ese día la marea era alta y se tuvo que hacer en tierra.
En el primer show salió un payaso con muchas ojeras y se echo a llorar a mares.
Con su llanto llenó una piscina, a la que tiró a otro payaso que lo estaba mirando de reojo.
Del susto el payaso se mareó y, luego, el otro lo tuvo que airear...
Todo el mundo se echo a reír a carcajadas.
En el segundo show, salió una señora con su perro, pero se encontró con otro, con el que se tenía ojeriza, entonces el perro la tiró por el terreno.
La enterró en un charco de barro, hasta que pasaron unos bomberos y la sacaron de allí.
En el tercer show, había que hacer pasar un elefante por un ojal, pero no lo consiguieron y entonces pasaron un ratón: toda la gente estalló en carcajadas.
En el cuarto y último show, salió un malabarista haciendo su espectáculo. Sostenía siete terrones de azúcar, montado en monociclo, y de repente, comenzó a soplar mucho aire, se echó a llorar porque tenía aerofobia y no podría terminar su actuación. Bua, buaaaa, lloraba desconsolado, mientras se elevaba airoso como si fuese un globo.
¡Todo fue divertidísimo! -Ra-



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